Sería injusto de mi parte no reconocer que soy un tipo afortunado. Llevo la suerte tatuada en la piel. Siempre ha sido así.
El azar está de mi lado. Somos amigos. Estoy entre sus consentidos. Para muestra, un botón: No hay sorteo múltiple que no me sume a su lista de beneficiados.
Los ejemplos sobran. Son tantos que he olvidado varios. Todos mis empleadores pueden dar fe de ello.
De pequeño «trabajaba» junto a mis padres en la empresa de mis tíos, Joyería Alexander. En la fiesta de Navidad, como dicta la costumbre, siempre realizaban una rifa de premios en efectivo y productos bastante atractiva. Adivinen quién nunca se fue en blanco. Evidentemente, Samir Saba.
La misma historia se repitió durante años en el Listín Diario, en Milenium 103.3 FM y en Multimedios de Caribe (El Caribe y CDN). También en Acroarte (gremio periodístico al que pertenezco). De hecho, hubo un año en que no pude asistir ni a la fiesta de Multimedios ni a la de Acroarte. Estaba indispuesto y aún así salí agraciado en ambos. Para fortuna de muchos, no me entregaron los premios -usando mi ausencia como pretexto-.
De manera que, como verán, apostar a mí para este tipo de cosas es prácticamente ir a lo seguro. No me pregunten por qué. No tengo idea. Pero lo disfruto a tope.
El viernes pasado corroboré con creces mi dicha cuando, en medio de una actividad de Tricom diseñada especialmente para agasajar a los medios de comunicación en el Día del Amor y la Amistad, Jochy Santos, Tania Báez y Carlos Sánchez me proclamaron ganador de un plasma de 32 pulgadas. Sin duda, el objeto más deseado de la noche.
Y anteayer estuve a punto de ganarme un iPod Shuffle en un concurso organizado para celebrar el cuarto aniversario del blog de Hipólito Delgado. Que conste que estuve a ley de dos números. Bastante cerca. No gané, pero el resultado tampoco rompe con mi buena racha, pues esa fue la razón por la que especifiqué más arriba que tengo mucha suerte para los sorteos múltiples, es decir, que entregan más de un premio.
Muchos son los que me han aconsejado jugar el Loto, sin embargo, todavía no me he sentido motivado. Creo que eso ya sería demasiado. Quizás algun día trate. Como dicen por ahí: uno nunca sabe.