Mi presencia en la blogósfera ha sido constante, pero moderada. Comencé con muchos bríos hace ya más de un año. Al principio, actualizaba todos los días. Meses después bajé la guardia y lo hacía interdiario. Luego opté por publicar semanalmente, y en una que otra ocasión mensualmente. Pero supongo que es algo normal.
En las últimas semanas me he percatado de un fenómeno extraño al que aún no le encuentro explicación: Durante mis días de ausencia, las estadísticas de «La otra nota» experimentaron un alza jamás imaginada. Las visitas se elevaron casi a la séptima potencia -sin exagerar-. Impresionante. En serio.
Hubo un día que registré hasta 6 mil visitas. Y, por supuesto, no me quejo. Todo lo contrario. Pero realmente me intriga. No le encuentro la lógica. ¿Alguien me da luz?
P.S.: Bienvenidos de vuelta a mi bitácora y, por favor, manténgase alrededor. A fin de cuentas, escribo para que me lean y retroalimenten.
La otra nota 