Canal 4RD y Listín Diario ocupan un lugar muy importante en los corazones de los dominicanos, especialmente en el mío. Fueron los primeros medios en apostar ciegamente; me abrieron las puertas de par en par para que pudiera mostrar de qué estaba hecho y sobre todo para que aprendiera de Comunicación.
Aún hoy, más de dos décadas después de haber iniciado mi camino en el periodismo, considero ambas empresas mis escuelas.
Durante poco más de un año, en 1997, me desempeñé como uno de los principales conductores del programa infantil de temporada “El país que queremos”, donde un nutrido grupo de niños y adolescentes jugábamos a hacer televisión frente a millones de personas.
Recuerdo con nostalgia aquellos momentos en que fui tan feliz paseándome por los pasillos o el estacionamiento del canal estatal. También la indescriptible emoción y los nervios que invadían mi ser cada vez que daban el ‘cue’ para salir al aire.
Por otro lado, en 1998, cumplí una meta que perseguía desde hacía tiempo: convertirme en reportero juvenil de la desaparecida e icónica revista dominical “Listín 2000” (que posteriormente cambió su nombre a “Listeen”).
Haber entrado al Departamento de Revistas del periódico de mayor circulación del país me preparó para todo lo que llegaría después. Rodearme de grandes profesionales sirvió de estímulo para dar lo mejor en cada publicación y honrar así una oportunidad que muchos deseaban y pocos obtenían. Allí permanecí por espacio de tres años.
Coincidencialmente, tanto la planta televisora como el diario celebraron este jueves 1 de agosto un nuevo aniversario. El Listín arriba a sus 130 años de existencia, mientras que Canal 4RD llega a los 67.
A la distancia, festejo los aportes de dos medios que, sin duda, han jugado papeles trascendentales en la sociedad dominicana, y a los que, en gran medida, debo lo que soy.
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