La Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) despedirá este lunes el Comité Ejecutivo que durante los últimos dos años presidió con maestría Emelyn Baldera. Un equipo que desde el primer momento se vio precisado a sortear muchas situaciones adversas para salir a camino.
Quien deje de lado las mezquindades, puede reconocer que la gestión encabezada por la periodista del Listín Diario deja su impronta para la posteridad.
De acuerdo con estudios contratados a diversas casas encuestadoras por Cervecería Nacional Dominicana, recuperó la confianza de la población en todo lo relacionado a Premios Soberano. Las mediciones de audiencia y de credibilidad así lo demuestran. Los números están ahí, no mienten.
Más allá de eso, elevó el nivel del gremio al ofrecer constantes talleres de formación en distintos ámbitos y firmando importantes alianzas con otras instituciones para beneficio de los compañeros y varios sectores de la sociedad. Por mencionar algunos casos, Acroarte se unió a la agenda de trabajo #Arte2030 del Sistema de Naciones Unidas; logró que a través del Ministerio de la Juventud se otorgaran 500 becas de estudios relacionadas al arte y la comunicación; renovó un acuerdo con la Fundación Óptica Oviedo para ofrecer servicios en materia de salud visual; estableció un convenio con la oficina migratoria de la doctora Milagros Mejía para garantizar asistencia consular libre de costo a los miembros; celebró actividades recreativas -por cumpleaños, días de las madres y de los padres, Navidad, aniversario de la organización, entre otros motivos-.
Tras una pausa en su edición, Emelyn rescató la revista de Acroarte; dinamizó como nunca sus redes sociales y página web, pero sobre todo trabajó por la integración de los “acroartistas”. Aquellos que no se consideraron incluidos, tendrán sus razones y las respeto, pero me atrevería a decir que fue por decisión propia.
Todo eso y más le mereció a Emelyn varias distinciones de gran importancia, siendo una de ellas la nominación como Mujer del Año en Diario Libre.
Confieso que me siento muy orgulloso de haber sido parte de esta directiva que, sin temor a equivocarme, ha sido de las más participativas en la historia de 35 años de Acroarte. Siempre se mantuvo unida y firme en sus propósitos, algo que indefectiblemente contribuyó al fortalecimiento de cada una de las iniciativas.
Solo deseo que el grupo que en lo adelante asumirá la dirección de los destinos del gremio se mire en ese espejo y procure igualar o superar las acciones del saliente por el bien de todos los acroartistas de oficio y corazón.