Sé que llegué en un momento complicado. Dentro de un marco situacional nada grato. Que son muchos los fantasmas que te persiguen. Que por momentos quieres desaparecer. Pero al mismo tiempo sé que de tu parte debes poner. Que de ti depende la mente esclarecer y reconstruir todo tu ser.
La vía más correcta para recomenzar, si así lo decides, hallarás. Quiero que sepas, no obstante, que en mis hombros podrás descansar. Con semejante privilegio espero contar.
Te conozco de hace poco, lo reconozco. Pero te confieso sin tapujos (todavía hoy -lo creas o no-) que a tu lado todo es precioso. Y que precisamente por eso no estoy listo para alejarme del todo.
No olvido que cuando comenzamos a frecuentarnos acordamos llevar las cosas con calma. De no hacernos de expectativas falsas. Mas el destino se encargó de tomar las riendas y darnos soberana lección.
Un par de días han bastado para que ocupes el centro de mis pensamientos. Para que te dedique cada movimiento, cada rezo, la totalidad de mis sueños. Que cómo es posible. No lo sé. Sólo Dios lo ha de entender. Y si bien es cierto que la lógica no se corresponde con mis sentimientos, también es cierto que del corazón nadie es dueño.
P.S.: Don’t go. Stay around please. Need ya a lot.